Lógicamente, si la lactancia materna es buena para cualquier bebé, más lo es para un niño con afectación neurológica y evidentemente, si su desarrollo es más lento en todas las áreas, su destete también lo tiene que ser (siempre que la madre quiera y pueda). Recordemos que la OMS recomienda la lactancia materna hasta los dos años o más en cualquier niño, pues yo lo recomiendo hasta los dos años de edad neurológica.
Podemos ver los beneficios de la lactancia materna sobre el cerebro en este artículo y por si quedan dudas aquí van otra serie de ventajas.
Ventajas de la lactancia materna para el bebé:
- Tiene la composición ideal para el bebé y se adapta, variando la proporción de nutrientes, a medida que el niño crece; también cambia la proporción de nutrientes durante el día y es distinta al principio y al final de la toma.
- Es rica en hierro que se absorbe mejor que el de la leche artificial y su proporción de calcio y fósforo es más adecuada.
- El bebé la digiere muy bien, prácticamente sin problemas.
- Los bebés que toman pecho padecen menos estreñimiento.
- Protege al niño de infecciones porque la leche materna es rica en inmunoglobulinas (defensas que la madre pasa al bebé).
- Protege de la muerte súbita del lactante.
- Protege de enfermedades futuras: asma, alergia, obesidad, diabetes, colitis ulcerosa, Crohn, arterioesclerosis e infarto de miocardio.
- Favorece el desarrollo intelectual y de la visión ya que la leche materna es rica en ácidos grasos de cadena larga llamados LC-PUFA que es un componente muy importante de la membrana que recubre a las neuronas y de la retina.
- Los bebés alimentados al pecho tienen menos caries y deformaciones dentales.
- La fuerza de los músculos que interfieren en la succión ayuda a su desarrollo para favorecer la pronunciación y articulación.
Hay muchas más, pero yo creo que con estas podemos salir de dudas...
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