jueves, 22 de noviembre de 2012

Programa de inhibición de reflejos primarios INPP


The Institute for Neuro – Physiological Psychology (INPP) fue creado en Chester (Inglaterra) en 1975 por el Dr. Peter Blythe, psicólogo, para investigar el efecto de la falta de madurez en el funcionamiento del Sistema Nervioso Central en dificultades específicas de aprendizaje, estableciendo así el vínculo entre desarrollo físico y problemas de lectura, ortografía, coordinación, conducta y funcionamiento emocional, tanto en niños como en adultos.

En 1988 se incorporó a la plantilla Sally Goddard Blythe, actualmente directora de Los Institutos y autora de múltiples libros y artículos sobre el trabajo que allí realizan.
Ellos han investigado los efectos de la alteración de los reflejos primitivos y posturales en el aprendizaje y el funcionamiento emocional. Los reflejos primitivos, que todos tenemos al nacer y nos ayudan a sobrevivir, si no desaparecen en el momento adecuado provocan una debilidad estructural dentro del sistema nervioso central directamente relacionada con las dificultades de aprendizaje y, lo que es más importante, cómo podemos trabajarlos para que se integren y no interfieran en el desarrollo. Una vez más, es imitando lo que ocurre en la naturaleza, a través de sencillos ejercicios físicos.


Los reflejos primitivos están diseñados para que el bebé pueda sobrevivir y aseguran una respuesta inmediata a su nuevo ambiente y a sus necesidades cambiantes. Los reflejos son movimientos automáticos y estereotipados, gobernados desde el tronco cerebral y ejecutados sin que la corteza se involucre.
Estos reflejos se desarrollan en diferentes etapas del embarazo y deben tener una vida limitada, ya que después de haber ayudado al bebé a sobrevivir en los primeros meses de vida deben ser inhibidos o controlados por centros más sofisticados del cerebro para ser integrados en los movimientos globales del bebé. Esto permite el desarrollo de estructuras neuronales más sofisticadas, que más tarde permitirán que el niño controle respuestas voluntarias.

Si estos reflejos primitivos se mantienen activos después de los 6 – 12 meses de vida evidencian una inmadurez o debilidad estructural dentro del sistema nervioso central.
Dependiendo del grado de actividad del reflejo, puede afectar a una o varias áreas de funcionamiento: coordinación motora, percepción sensorial, cognitiva y otras rutas de expresión, por lo que el equipo fundamental de aprendizaje estará dañado o será ineficiente a pesar de tener una buena habilidad intelectual.



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